jueves, 22 de diciembre de 2011

Nuevas tendencias en diseño de etiquetas

Dentro del mundo del diseño de etiquetas de vino, hay una tendencia generalizada a orientarse a una imagen más cercana al consumidor, bajando del pedestal a esta bebida.

Los nuevos consumidores no tienen la "carga", el conocimiento ni los prejuicios respecto al aura que en algunos casos ha tenido el vino. Justamente esto se da en mercados de nuevos consumidores como Estados Unidos, en donde el vino le está quitando espacio a la cerveza. Por otro lado está China, donde los consumidores recién están aprendiendo a tomar esta bebida y el potencial de mercado es incalculable.

Ciertos países productores por excelencia aún conservan su "marca país" en las presentaciones de sus vinos. Ellos son principalmente Francia e Italia. Su tradición, su legado de hace años y su elegancia siguen presentes en el frente de sus botellas. Podríamos decir que sus estilos tradicionales son reconocibles y se diferencian bien unos de otros. Las clásicas composiciones tipográficas de los grandes vinos franceses, en general acompañadas por la imagen del château en cuestión, se diferencian del estilo italiano, tradicional pero con mayor presencia cromática.

Sin embargo, observamos una tendencia general a volcarse a etiquetas más contemporáneas y menos clásicas.

Si bien Italia presenta casos menos rupturistas que los extremos de Francia, observamos una mayor cantidad de etiquetas "menos tradicionales". Se da una tendencia a usar menos tipografía en sus rótulos y dar mayor importancia a la imagen. Ésta es colorida, impactante y ocupa grandes porciones de la etiqueta, con mucho fondeado de color. Podríamos hablar de un Viejo Mundo renovado. En muchos casos se trata de composiciones clásicas, que con estos aditamentos en forma y color, se convierten en algo más contemporáneo.

España se muestra partida en dos. La diferenciación no se da por zonas o regiones como en el caso de Francia, sino por un contraste entre rótulos tradicionales y presentaciones más contemporáneas. En algunos casos, jugándose a un "vale todo", encontramos composiciones tipográficas desestructuradas, imágenes con mucha potencia y layouts poco comunes.

Hoy, Portugal no parece formar parte del "Viejo Mundo" en lo que a imagen de vino respecta y llama la atención la homogeneidad del fenómeno. Muchos de sus rótulos no hablan de tradición ni de historia, sino de otros conceptos que aparecen detrás de sus presentaciones, que hacen a sus marcas más contundentes.



http://www.areadelvino.com/articulo.php?num=22915

jueves, 15 de diciembre de 2011

ETIQUETA CLÁSICA O MODERNA?

¿Etiqueta clásica o moderna?. El diseño del etiquetado de una botella de vino constituye un factor diferenciador para captar el interés del consumidor. En un mundo que ha catapultado la cultura de la imagen y la publicidad a un lugar de privilegio de la sociedad de consumo, el sector vitivinícola también se enfrenta a sus propios dilemas. ¿Tradición o modernidad? María López de Heredia, gerente del Departamento de Documentación y Patrimonio Cultural de R. López de Heredia Viña Tondonia, S.A., destaca que el diseño de sus etiquetas actuales se remonta a 1892, aunque no desdeña la posibilidad de estar abierta a los nuevos diseños que ofrece la modernidad y sobre todo a los nuevos medios de comunicación. Por su parte, José Pablo Monreal Castellanos, gerente del centro de diseño Numen, defiende una estética actual y algo vanguardista, que apueste por la innovación y el futuro a partir del conocimiento del pasado.

ETIQUETA CLÁSICA

¿Presentaciones clásicas o de nuevo diseño? Desde una perspectiva que dicta nuestra idiosincrasia, el hecho de que somos una Empresa, familiar, con 128 años de historia y una marca consolidada en el mercado y que escribimos este artículo en el siglo XXI hemos de constatar que nuestra opción es hoy, la de una publicidad clásica a través de los medios más modernos que pretendemos, además, sea coherente con la ideología general de nuestra empresa.

El diseño de nuestras etiquetas actuales se remonta a 1892, aunque otras anteriores, diseñadas por nuestro bisabuelo y fundador, habían llevado nuestros vinos y no usamos en la actualidad. La elección del motivo central de la etiqueta es la casa y la bodega como símbolo de la unión entre la empresa y la familia, que ha sido una constante desde los orígenes.


La presentación de nuestros vinos no puede evitar estar condicionada por nuestra historia. Nuestro fundador consideró de gran valor el hecho publicitario, como lo demuestra que en 1907 crea con otros dos socios una empresa de publicidad, y entre otros proyectos que realiza está el de divulgar la imagen de la bodega en 200 estaciones de ferrocarril de toda España. Fue una tendencia en aquella época el empleo de los medios de transporte para publicitar nuestra marca. Él sabía que la marca viajaba con los que se movían. Prueba de ello son los tranvías que llevaban paneles con nuestro nombre, como la imagen clásica de la fecha de la proclamación de la República en un tranvía de Madrid ornado con los textos “Viña Tondonia blanco y Viña Tondonia tinto”, a cada lado.

La publicidad fue desde los orígenes pensada y mensurada, siendo pioneros en la presentación de nuestra marca a través de las cartas de restaurantes desde antes de 1900, o la colocación de carteles de gran tamaño, de 40 metros cuadrados, con el nombre de nuestros vinos en el lugar donde se producían, o la publicación de reportajes sobre la bodega por periodistas pioneros en el hoy llamado turismo del vino, en 1899. En este aspecto son destacables las innumerables visitas a las bodegas por viajeros ilustres e interesados, como nos lo muestran los Libros de Firmas existentes en nuestros Archivos.

En aquellos años finales del siglo XIX la publicidad tenía unos objetivos concretos: El primero era “hacer la marca”, ya que pese a haber nacido en 1877 era necesario presentarse ante los clientes que comenzaban a conocer el producto. Por lo tanto la publicidad y el registro de las marcas en el Ministerio de Fomento y en su Oficina de Patentes era primordial. Y la segunda era defender al producto de las constantes falsificaciones que se producían en aquellas épocas. Siendo una etapa de escaso control sanitario de los productos y de un cierto desconocimiento de la calidad de los mismos, era necesario proteger la marca de la falsificación que constantemente sufrían los vinos. De aquí la importancia de la etiqueta con toda la información que proporcionaba o del alambrado con la clásica malla que impedía el rellenado, o incluso del lacrado y los precintos de garantía.

Nuestra etiqueta está registrada en 1892 y contiene la firma del autor y fundador, pero lo que tiene de peculiar en estos momentos es su validez tanto del fondo como de la forma, y curiosamente se trata de diseños centenarios que hoy mantienen su vigencia sin haberse modificado.

Nos interesa resaltar que nuestra idea sobre la publicidad es la de modernidad en los diseños, utilizando los medios más actuales como hicimos a comienzos del siglo XX con nuestros anuncios en los telones de los mejores teatros de España; pero a la vez respetando aquellos símbolos que identifican al producto con la marca y la representan ante el cliente. Así, nuestra etiqueta ha servido para presentar a cinco generaciones de clientes los vinos de Viña de Tondonia frente a otros vinos, por eso no creemos necesario la modificación de un medio de comunicación perfectamente actual aunque su diseño se remonte a hace más de cien años.

No obstante nuestra bodega utiliza otras líneas de publicidad con diseños actuales por ejemplo, para los embalajes ya que los diseños antiguos no han pervivido. Creemos por lo tanto que se debe aprovechar lo que de valioso tiene la tradición, en aquellas empresas que a través de grandes sufrimientos han conseguido cierta longevidad y que disponen de un patrimonio de imagen importante y a la vez estar abiertos a los nuevos diseños que ofrece la modernidad y sobre todo a los nuevos medios de comunicación.

Y, a la vez estamos realizando presentaciones con nuevos símbolos muy modernos siempre obtenidos de nuestros archivos y fondos documentales, y que aún siendo antiguos y tradicionales, tratados con las técnicas modernas, causan un impacto completamente actual.

Tradición o presentación Clásica en el empleo de ciertas imágenes a las que ya están acostumbrados nuestros clientes y, al mismo tiempo, utilización de nuevos diseños que nos garantizan la innovación con historia, como ideario de nuestra bodega y respeto hacia el prestigio que ya hemos adquirido en nuestra marca.

ETIQUETA MODERNA

¿Etiqueta clásica o moderna? El hombre convive con términos contrapuestos pero necesarios, blanco y negro, bien y mal... Y en ocasiones, se pueden discutir los pros y los contras de cada uno de ellos sin tener que afirmar que uno es mejor que el otro.Esta dualidad crea un contraste, que debemos aprovechar. Unas veces predomina más un término que otro. Un producto líder con una estética enfocada de forma clásica o vanguardista, arrastra a nuevos diseños que siguen su estela, provocando una moda. Pero puede nacer un producto con estética contraria y éste llama más la atención, pues está creando un contraste, dado que la mayoría están siguiendo una estética con códigos similares. Éste vaivén produce ciclos en los que una estética nace, predomina y desaparece o pasa a la reserva.

Afortunadamente hoy también tenemos una gran variedad de tonos entre negro y blanco.

Entre una estética clásica y una moderna, a la que yo preferiría llamar vanguardista, se puede adoptar otro concepto, que es el de “actual”. Dicho término puede tomar aquellos elementos que se consideren oportunos para enfocar el diseño de la imágen del producto hacia una estética u otra sin tener que ser totalmente clásica o vanguardista, al estar entre ambas.

El mundo que nos rodea está en constante evolución, y cada día aparecen nuevas soluciones para todo tipo de cosas, es por esto que creo necesario que la estética de los productos debe participar de esta evolución.

Partiendo de ahí podremos dirigir nuestro diseño a un estilo mas clásico o más vanguardista, teniendo en cuenta las estrategias de marketing, de manera que el diseño participe en un plan global en el que entre otros aspectos debe estar definida la posición del producto.

Entiendo que hoy en día, no hay una estética predominante, más bien un eclepticismo. No obstante, hay unos códigos más o menos utilizados por todos que se aplican según el tipo de vino. En general, a vinos de crianza se les busca dar una estética más clásica y a otro tipo de vinos como de cosechas y varietales, estéticas más vanguardistas y atrevidas. Hay otros nuevos como los vinos de autor o similares, en los que se esta buscando una estética propia, en algunos casos más rústica y minimalista.

Particularmente, defiendo una estética actual y algo vanguardista ya que entiendo que el consumidor está cada vez más involucrado en la inmediata evolución y cambio de la sociedad. Además hay que apostar por la innovación y mirar al futuro, aunque eso si, conociendo el pasado.

Un diseñador gráfico, director de arte, o director de diseño, que quiera crear una imagen de producto para un vino, tiene que saber que este producto tiene cierta aureola que lo hace muy especial por lo que no se pueden aplicar criterios válidos para otro tipo de productos o para la comunicación. El vino es un producto vivo desde que nacen los borrones en primavera hasta que está en la mesa del consumidor. Estos aspectos lo saben los agricultores y bodegueros e intentaran transmitirlos al diseñador para que lo exprese en su imagen, por tanto el vino es un producto mimado y cuidado desde su gestación y hay que prestarle la debida atención y no ser frívolos a la hora de vestirlo.


fuente: http://www.enologo.com/tecnicos/eno39/adebate.html