El diseño de una etiqueta puede ser éxito o la ruina de un nuevo vino introducido al mercado. Incluso más allá de la calidad del vino en sí mismo, la etiqueta juega un papel primario en las decisiones adquisitivas de clientes.
Muchos diseñadores gráficos han enfocado su atención en la produccion creativa de etiquetas que conecten una botella de vino con su comprador.
Como se mira una obra de arte: poco tiempo y muchas fotos.
Este artículo reza: “…Según datos surgidos de una serie de observaciones en el museo del Louvre, la mayoría de la gente permanece menos de un minuto frente a una obra…” y platea la siguiente pregunta ¿Que es lo que buscamos cuando recorremos un museo en calidad de turistas?
Particularmente me he relacionado con las obras de grandes artistas a través de su reproducción impresa. Afortunadamente pude entrar en contacto directo con algunas de ellas visitar Capital Federal recientemente.
El recorrido por el Museo Nacional de Bellas Artes fue de un particular éxtasis. Poder estar frente a El beso de RODIN o ante un VAN GOHG, PICASSO, MANET, MIRÓ, TOULOUSE LAUTREC (por solo mencionar algunos de entre otros tantos renombrados), percibir a escasos centímetros pinceladas, gestos, composiciones, materiales, texturas, detalles y descripciones tantas veces leídas en los textos, fue, literalmente, una experiencia avasalladora para mis sentidos.
Sin embargo frente a mi fascinación, pude observar a otros que pasaban frente a las obras inmutables, se detenían solo para leer el rotulo que informaba el titulo y el autor, seguían su paso, o detenían su fugaz peregrinaje si el nombre les resultaba conocido.
Cuando visite El Museo de Arte Latinoamericano, la experiencia fue similar en ambos sentidos. Allí un grupo de turistas frente al pabellón de arte cinético contemplaba las obras estáticas y pasivas. El arte cinético, es una corriente artística en la que las obras tienen movimiento real o aparente. Efectivamente las obras poseían un dispositivo que permitía al visitante poner en acción a las mismas, pero éste paso totalmente inadvertido para la mayoría (por no decir todos) quienes discurrían por el pabellón.
Visitar un museo siempre se relacionó con cultivarse. Si bien todo esta predispuesto para que el visitante lego se interiorice sobre las características generales de las obras expuestas, son contados los casos que se detienen en estos detalles. A nadie parece interesarle, así el recorrido se vuelve anodino e infructífero. Lamentablemente y coincidente con una de las afirmaciones del artículo, todo parece indicar que lo importante es la cantidad de obras visitadas en el menor tiempo y no la calidad de la experiencia con la obra. Entonces esta relacion que tendria que resultar enriquecedora queda reducida a una experiencia flotante, transitoria, volatil, precaria e incierta.
