Tanto en las tiendas especializadas como en los supermercados es cada vez más frecuente tropezar con botellas de vino fuera de lo común. Si por un lado la mayoría de las bodegas sigue apostando por lo tradicional sobre todo cuando se trata de vino tinto – etiquetas color hueso y letras elegantes – otras prefieren distinguirse en busca de un mercado más joven o simplemente de un mercado más amplio. Por eso, las bodegas cuentan cada vez más con el trabajo y la creatividad de ilustradores y estudios de diseño capaces de romper con la tradición en vez de intentar reproducirla todo el rato.
Cada vino es un pequeño mundo y esconde una historia detrás. En un pequeño espacio de papel se concentra mucha energía, son las aspiraciones condensadas durante años de trabajo, y reflejar esto en tan pequeña proporción es un proceso delicado.
Cada época en el mundo del vino ha tenido grandes etiquetas y algunas de ellas se siguen manteniendo vigentes. Sencillamente se va evolucionando o incluso se han retomado antiguos caminos. Por ejemplo, a principios del siglo pasado existía una escuela preciosista donde se ilustraban las etiquetas con una gran delicadeza y los motivos usados eran prácticamente pequeñas piezas de arte.
Actualmente las denominaciones y los vinos han crecido mucho y con esto la demanda de etiquetas. Se buscan nuevos recursos y muchos vinos apuestan por fórmulas más innovadoras. El concepto de vino clásico es necesario como también los recursos expresivos más innovadores. Los mercados se están abriendo y el consumidor acepta propuestas diferenciadoras. Cada etiqueta tiene su discurso personal y el diseñador tiene que saber unir la información con el sentimiento que produce. Crear un buen vino es un proceso meditado, inteligente y casi artístico.
Nos dijo que la etiqueta debía identificar, distinguir, informar y persuadir. El vino además de ser bueno debe parecerlo. Si quieres que tu producto llame la atención de los consumidores, tienes que hacer algo auténtico y original. Y el vino no es una excepción, hoy en día un producto institucional y conservador pasa completamente desapercibido.
Fuente: http://noticias.lainformacion.com/estilo-de-vida-y-tiempo-libre/gastronomia-restaurantes-y-cocina/como-se-disena-una-etiqueta-de-vino_bCahRYtGK6nTaB1R5Qlt01/
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