viernes, 13 de enero de 2012

Factores en relación a la etiqueta y al packaging en su conjunto.

La Doctora Marcela Cabello Morá establece en su investigación titulada “Estudio de los factores de diseño grafico de la etiqueta de vino tinto de calidad que influyen en su elección y compra: estudio cualitativo en Valecia” parámetros de diseño que influyen en la decisión de compra de productos vinícolas

La trascendencia del quehacer del diseño en el mercado vitivinícola, actualmente es sin lugar a dudas amplia e importante. Sus efectos son percibidos en la imagen que proyecta el producto en si desde el primer acercamiento en la estantería por medio de la etiqueta, botella y empaque hasta el rol estratégico que puede adoptar en la distribución y venta, con el claro objetivo de hacer que una marca sea reconocible en el mercado y asociada a un rango de calidad.

La tarea del diseño es lograr que el consumidor reconozca una marca se identifique con ella y la prefiera, superando la amplia oferta del mercado y finalmente y por sobre todo sea fiel a ella. No solo se busca una primera y única compra sino varias a través de la vida del producto.

Por medio del diseño la marca puede transferir desde una perspectiva visual-perceptual los valores intrínsecos del producto a los clientes y consumidores, realizando una presentación acorde y fidedigna tanto en la estrategia comunicacional como en la promoción y distribución.

Es el diseño de envase el encargado de posicionar al producto en cada mercado determinado respondiendo estratégicamente a cierta topología de consumidor y a sus necesidades y preferencias. Es por ello que las etiquetas y envases deben estar en sintonía con el nicho de mercado que se pretende conquistar considerando el contenido y el contendor. Es por medio de los distintos recursos técnicos, materiales y gráficos como troqueles, papeles, folias y barnices que al servicio de un concepto de marca pueden otorgar valor agregado al producto.

En un primer acercamiento la etiqueta se considera como fuente inicial de información y primer contacto físico con el consumidor evidenciando la capacidad del diseño de diferenciar entre dos vinos de similar calidad, precio y características intrínsecas ayudando a tomar la decisión de compra.

Las bodegas de países emergentes apuestan a introducir en sus mercados objetivos productos con valor agregado. En este sentido se entenderá por valor agregado aquel que busca complacer el gusto del consumidor y generar una imagen diferenciadora por medio de estrategias de marketing haciendo del vino un producto que satisfaga necesidades tanto funcionales como emocionales.

El empaque del producto vino consta de un número de componentes interrelacionados, tales como la forma de la botella, color, estilo de cierre, diseño de etiqueta y la información. Son estas características las que influencian al consumidor y ayudan a captar su atención dentro de la estantería.

La botella y su vestimenta identifican el tipo y estilo de vino denotando calidad por medio de formas y colores establecidos.

El packaging de un vino esta basado en dos vertientes en la primera los consumidores se ven influenciados por la forma, el tamaño y el color de la botella; en la segunda se considera “el vestido” de la botella definido por la etiqueta y la capsula.

La etiqueta y el envase son el contacto directo con los destinatarios del producto, los encargados no solo de vender sino de transmitir información e inspirar confianza. Otorgando después de la compra una nota de distinción y de calidad a lo comprado.

La tipografía en una etiqueta es un medio crucial para emitir un mensaje específico. El diseño del packaging puede servir al consumidor como criterio evaluativo apoyando la decisión ya hecha sobre lo que percibe como bueno o quizás puede ayudar a decidir en un rango de calidad similares, ya que un consumidor que esta indeciso entra la botella A Y B ambas con idéntico puntaje en su escala de valoración es casi seguro el consumidor comprará la que presente un diseño a su parecer mas convincente.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Nuevas tendencias en diseño de etiquetas

Dentro del mundo del diseño de etiquetas de vino, hay una tendencia generalizada a orientarse a una imagen más cercana al consumidor, bajando del pedestal a esta bebida.

Los nuevos consumidores no tienen la "carga", el conocimiento ni los prejuicios respecto al aura que en algunos casos ha tenido el vino. Justamente esto se da en mercados de nuevos consumidores como Estados Unidos, en donde el vino le está quitando espacio a la cerveza. Por otro lado está China, donde los consumidores recién están aprendiendo a tomar esta bebida y el potencial de mercado es incalculable.

Ciertos países productores por excelencia aún conservan su "marca país" en las presentaciones de sus vinos. Ellos son principalmente Francia e Italia. Su tradición, su legado de hace años y su elegancia siguen presentes en el frente de sus botellas. Podríamos decir que sus estilos tradicionales son reconocibles y se diferencian bien unos de otros. Las clásicas composiciones tipográficas de los grandes vinos franceses, en general acompañadas por la imagen del château en cuestión, se diferencian del estilo italiano, tradicional pero con mayor presencia cromática.

Sin embargo, observamos una tendencia general a volcarse a etiquetas más contemporáneas y menos clásicas.

Si bien Italia presenta casos menos rupturistas que los extremos de Francia, observamos una mayor cantidad de etiquetas "menos tradicionales". Se da una tendencia a usar menos tipografía en sus rótulos y dar mayor importancia a la imagen. Ésta es colorida, impactante y ocupa grandes porciones de la etiqueta, con mucho fondeado de color. Podríamos hablar de un Viejo Mundo renovado. En muchos casos se trata de composiciones clásicas, que con estos aditamentos en forma y color, se convierten en algo más contemporáneo.

España se muestra partida en dos. La diferenciación no se da por zonas o regiones como en el caso de Francia, sino por un contraste entre rótulos tradicionales y presentaciones más contemporáneas. En algunos casos, jugándose a un "vale todo", encontramos composiciones tipográficas desestructuradas, imágenes con mucha potencia y layouts poco comunes.

Hoy, Portugal no parece formar parte del "Viejo Mundo" en lo que a imagen de vino respecta y llama la atención la homogeneidad del fenómeno. Muchos de sus rótulos no hablan de tradición ni de historia, sino de otros conceptos que aparecen detrás de sus presentaciones, que hacen a sus marcas más contundentes.



http://www.areadelvino.com/articulo.php?num=22915

jueves, 15 de diciembre de 2011

ETIQUETA CLÁSICA O MODERNA?

¿Etiqueta clásica o moderna?. El diseño del etiquetado de una botella de vino constituye un factor diferenciador para captar el interés del consumidor. En un mundo que ha catapultado la cultura de la imagen y la publicidad a un lugar de privilegio de la sociedad de consumo, el sector vitivinícola también se enfrenta a sus propios dilemas. ¿Tradición o modernidad? María López de Heredia, gerente del Departamento de Documentación y Patrimonio Cultural de R. López de Heredia Viña Tondonia, S.A., destaca que el diseño de sus etiquetas actuales se remonta a 1892, aunque no desdeña la posibilidad de estar abierta a los nuevos diseños que ofrece la modernidad y sobre todo a los nuevos medios de comunicación. Por su parte, José Pablo Monreal Castellanos, gerente del centro de diseño Numen, defiende una estética actual y algo vanguardista, que apueste por la innovación y el futuro a partir del conocimiento del pasado.

ETIQUETA CLÁSICA

¿Presentaciones clásicas o de nuevo diseño? Desde una perspectiva que dicta nuestra idiosincrasia, el hecho de que somos una Empresa, familiar, con 128 años de historia y una marca consolidada en el mercado y que escribimos este artículo en el siglo XXI hemos de constatar que nuestra opción es hoy, la de una publicidad clásica a través de los medios más modernos que pretendemos, además, sea coherente con la ideología general de nuestra empresa.

El diseño de nuestras etiquetas actuales se remonta a 1892, aunque otras anteriores, diseñadas por nuestro bisabuelo y fundador, habían llevado nuestros vinos y no usamos en la actualidad. La elección del motivo central de la etiqueta es la casa y la bodega como símbolo de la unión entre la empresa y la familia, que ha sido una constante desde los orígenes.


La presentación de nuestros vinos no puede evitar estar condicionada por nuestra historia. Nuestro fundador consideró de gran valor el hecho publicitario, como lo demuestra que en 1907 crea con otros dos socios una empresa de publicidad, y entre otros proyectos que realiza está el de divulgar la imagen de la bodega en 200 estaciones de ferrocarril de toda España. Fue una tendencia en aquella época el empleo de los medios de transporte para publicitar nuestra marca. Él sabía que la marca viajaba con los que se movían. Prueba de ello son los tranvías que llevaban paneles con nuestro nombre, como la imagen clásica de la fecha de la proclamación de la República en un tranvía de Madrid ornado con los textos “Viña Tondonia blanco y Viña Tondonia tinto”, a cada lado.

La publicidad fue desde los orígenes pensada y mensurada, siendo pioneros en la presentación de nuestra marca a través de las cartas de restaurantes desde antes de 1900, o la colocación de carteles de gran tamaño, de 40 metros cuadrados, con el nombre de nuestros vinos en el lugar donde se producían, o la publicación de reportajes sobre la bodega por periodistas pioneros en el hoy llamado turismo del vino, en 1899. En este aspecto son destacables las innumerables visitas a las bodegas por viajeros ilustres e interesados, como nos lo muestran los Libros de Firmas existentes en nuestros Archivos.

En aquellos años finales del siglo XIX la publicidad tenía unos objetivos concretos: El primero era “hacer la marca”, ya que pese a haber nacido en 1877 era necesario presentarse ante los clientes que comenzaban a conocer el producto. Por lo tanto la publicidad y el registro de las marcas en el Ministerio de Fomento y en su Oficina de Patentes era primordial. Y la segunda era defender al producto de las constantes falsificaciones que se producían en aquellas épocas. Siendo una etapa de escaso control sanitario de los productos y de un cierto desconocimiento de la calidad de los mismos, era necesario proteger la marca de la falsificación que constantemente sufrían los vinos. De aquí la importancia de la etiqueta con toda la información que proporcionaba o del alambrado con la clásica malla que impedía el rellenado, o incluso del lacrado y los precintos de garantía.

Nuestra etiqueta está registrada en 1892 y contiene la firma del autor y fundador, pero lo que tiene de peculiar en estos momentos es su validez tanto del fondo como de la forma, y curiosamente se trata de diseños centenarios que hoy mantienen su vigencia sin haberse modificado.

Nos interesa resaltar que nuestra idea sobre la publicidad es la de modernidad en los diseños, utilizando los medios más actuales como hicimos a comienzos del siglo XX con nuestros anuncios en los telones de los mejores teatros de España; pero a la vez respetando aquellos símbolos que identifican al producto con la marca y la representan ante el cliente. Así, nuestra etiqueta ha servido para presentar a cinco generaciones de clientes los vinos de Viña de Tondonia frente a otros vinos, por eso no creemos necesario la modificación de un medio de comunicación perfectamente actual aunque su diseño se remonte a hace más de cien años.

No obstante nuestra bodega utiliza otras líneas de publicidad con diseños actuales por ejemplo, para los embalajes ya que los diseños antiguos no han pervivido. Creemos por lo tanto que se debe aprovechar lo que de valioso tiene la tradición, en aquellas empresas que a través de grandes sufrimientos han conseguido cierta longevidad y que disponen de un patrimonio de imagen importante y a la vez estar abiertos a los nuevos diseños que ofrece la modernidad y sobre todo a los nuevos medios de comunicación.

Y, a la vez estamos realizando presentaciones con nuevos símbolos muy modernos siempre obtenidos de nuestros archivos y fondos documentales, y que aún siendo antiguos y tradicionales, tratados con las técnicas modernas, causan un impacto completamente actual.

Tradición o presentación Clásica en el empleo de ciertas imágenes a las que ya están acostumbrados nuestros clientes y, al mismo tiempo, utilización de nuevos diseños que nos garantizan la innovación con historia, como ideario de nuestra bodega y respeto hacia el prestigio que ya hemos adquirido en nuestra marca.

ETIQUETA MODERNA

¿Etiqueta clásica o moderna? El hombre convive con términos contrapuestos pero necesarios, blanco y negro, bien y mal... Y en ocasiones, se pueden discutir los pros y los contras de cada uno de ellos sin tener que afirmar que uno es mejor que el otro.Esta dualidad crea un contraste, que debemos aprovechar. Unas veces predomina más un término que otro. Un producto líder con una estética enfocada de forma clásica o vanguardista, arrastra a nuevos diseños que siguen su estela, provocando una moda. Pero puede nacer un producto con estética contraria y éste llama más la atención, pues está creando un contraste, dado que la mayoría están siguiendo una estética con códigos similares. Éste vaivén produce ciclos en los que una estética nace, predomina y desaparece o pasa a la reserva.

Afortunadamente hoy también tenemos una gran variedad de tonos entre negro y blanco.

Entre una estética clásica y una moderna, a la que yo preferiría llamar vanguardista, se puede adoptar otro concepto, que es el de “actual”. Dicho término puede tomar aquellos elementos que se consideren oportunos para enfocar el diseño de la imágen del producto hacia una estética u otra sin tener que ser totalmente clásica o vanguardista, al estar entre ambas.

El mundo que nos rodea está en constante evolución, y cada día aparecen nuevas soluciones para todo tipo de cosas, es por esto que creo necesario que la estética de los productos debe participar de esta evolución.

Partiendo de ahí podremos dirigir nuestro diseño a un estilo mas clásico o más vanguardista, teniendo en cuenta las estrategias de marketing, de manera que el diseño participe en un plan global en el que entre otros aspectos debe estar definida la posición del producto.

Entiendo que hoy en día, no hay una estética predominante, más bien un eclepticismo. No obstante, hay unos códigos más o menos utilizados por todos que se aplican según el tipo de vino. En general, a vinos de crianza se les busca dar una estética más clásica y a otro tipo de vinos como de cosechas y varietales, estéticas más vanguardistas y atrevidas. Hay otros nuevos como los vinos de autor o similares, en los que se esta buscando una estética propia, en algunos casos más rústica y minimalista.

Particularmente, defiendo una estética actual y algo vanguardista ya que entiendo que el consumidor está cada vez más involucrado en la inmediata evolución y cambio de la sociedad. Además hay que apostar por la innovación y mirar al futuro, aunque eso si, conociendo el pasado.

Un diseñador gráfico, director de arte, o director de diseño, que quiera crear una imagen de producto para un vino, tiene que saber que este producto tiene cierta aureola que lo hace muy especial por lo que no se pueden aplicar criterios válidos para otro tipo de productos o para la comunicación. El vino es un producto vivo desde que nacen los borrones en primavera hasta que está en la mesa del consumidor. Estos aspectos lo saben los agricultores y bodegueros e intentaran transmitirlos al diseñador para que lo exprese en su imagen, por tanto el vino es un producto mimado y cuidado desde su gestación y hay que prestarle la debida atención y no ser frívolos a la hora de vestirlo.


fuente: http://www.enologo.com/tecnicos/eno39/adebate.html

viernes, 25 de noviembre de 2011

Bag in box, una solución al consumo individual de vino

El sistema de envasado bag in box surgió hace más de 50 años en Estados Unidos y más tarde fue desarrollado en Australia. Consiste fundamentalmente en colocar un producto líquido dentro de una bolsa cerrada con una válvula para su dosificación, y dicha bolsa se introduce dentro de una caja cerrada.

La principal característica del envase bag in box es que permite conservar el producto envasado con todos sus atributos de calidad ya que la bolsa se contrae a medida que se vacía, impidiendo de esta manera el contacto del producto con el aire. Además aisla y protege el producto envasado de la luz que también puede alterarlo.

El envase bag in box se compone de tres elementos:

Bolsa: La bolsa, cerrada y hermética, tiene por finalidad contener y proteger al producto hasta el momento de su uso. Se fabrican en función al producto a envasar y el modo de consumición del mismo, pudiendo seleccionar materiales de alta, media o baja barrera, y capacidades de: 3, 5, 10, 15, 20, 24, 200 y 1000 litros.

Válvula de descarga: La válvula permite el vaciado de la bolsa. Totalmente herméticas, se adaptan al tipo de producto a envasar y al modo de vaciado. Se encuentran en el interior de la caja hasta la primera utilización, de modo que no pueden ser accionadas de manera accidental, ni sufrir daños durante el transporte o almacenamiento.

Existen tres tipos fundamentales de válvulas de descarga:

- Grifo giratorio: Esta válvula es cómoda, segura y simple, de alta estanqueidad y barrera al oxígeno, no gotea, económica.

- Válvulas de presión. La válvula se acciona haciendo presión con los dedos.

- Espigote convencional: Este tipo de válvula está en desuso por baja estanqueidad y por problemas de goteo, y sólo presenta posibles ventajas en el costo, para vinos de consumo masivo de baja calidad.

Caja contenedora: La caja tiene como función contener y proteger la bolsa y la válvula, ofreciendo a su vez una superficie apta para la impresión de marcas, publicidad, etc. Los materiales empleados son cartón ondulado o microondulado, ya que se trata de materiales fuertes, ligeros y estables.



Ventajas del bag in box

- Almacenamiento sencillo y económico por el espacio reducido que ocupan los envases vacíos

- Peso y volumen reducidos, en comparación con otros materiales de envase como el vidrio

- Larga duración del contenido. No permite la entrada de aire al vaciar, por lo que se puede almacenar una vez abierto

- Sistema económico

- Menor volumen de desechos: Disminuye el impacto ambiental

- Máxima higiene: envases de un solo uso

- Seguros: envases a prueba de golpes

- Publicidad: Es posible personalizar el envase

- Cómodos y versátiles: múltiples tamaños y formatos para cada aplicación

Aplicaciones

Este sistema de envasado se utiliza principalmente para productos alimenticios líquidos o semilíquidos, como pueden ser: zumos, concentrados, tomate, crema de leche, mix para preparación de helados, aunque actualmente su uso más extendido es el envasado de vino. Este envase se usaba generalmente para vinos de mesa de baja calidad y consumo relativamente rápido. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la demanda de este tipo de envases para vinos de calidad, aprovechándose de este sistema práctico y económico.

Existen además ciertos modelos de bag in box diseñados especialmente para el llenado de productos estériles.

En nuestro país Bag-in-box fue presentado bajo el concepto de “Vino por Copa” en la feria “Vinos y Bodegas” de La Rural, en septiembre de 2010, en el stand de la nueva empresa Copate S.A. La misma proponía abastecer a restaurantes, bares y pubs con la marca propia, “Vino por Copa” (www.vinoporcopa.com.ar), en las variedades premium, reserva y varietal.

Vender “Vino por Copa” posibilitaría reposicionar a esta bebida y ampliar la venta de vinos, incluso los premium, al permitir:


1. Incrementar el consumo individual de vino. Al contar con la flexibilidad de poder consumir sin tener que pensar que hay que consumir toda la botella para evitar desperdiciar el resto.

2. Facilitar el acceso a vinos de alta gama. Ofreciendo la posibilidad de pagar un costo menor por una copa, así la persona puede ir probando en diferentes ocasiones más vinos premium.

3. Variedad y combinación con el plato adecuado. Es posible así combinar, por ejemplo, una copa de vino blanco con entrada, una de vino tinto con el plato principal y una de espumante con el postre.



Fuente:

http://www.guiaenvase.com/bases/guiaenvase.nsf/0/0B23788EF00042A8C125714D004EA6F0/$FILE/bag%20in%20box.pdf?OpenElement

http://www.packaging.enfasis.com/notas/18808-bag-in-box-una-solucion-al-consumo-individual-vino-

martes, 8 de noviembre de 2011

Packaging del vino con los 5 sentidos

Hasta hace poco el mundo del vino se mantenía a cierta distancia del diseño, el prestigio de una bodega se consolidaba principalmente por su trayectoria, no obstante no todos los usuarios que disfrutaban del vino tenían los conocimientos necesarios para diferenciar el más adecuado entre la enorme competencia.

En el proceso de selección de una botella de vino la etiqueta sigue siendo un elemento clave, además de atraer la mirada del consumidor, le habla con propiedad de sus características para conseguir llegar hasta su paladar. Pero la etiqueta no es la única que marca la diferencia, en los últimos años se han sumado nuevos ingredientes como el envase, el cierre o la presentación para romper con los paradigmas tradicionales y acercarse así a un nuevo consumidor.

Tras las sinuosas curvas del vidrio se empiezan a imponer novedosas fórmulas como el aluminio, envases que persiguen la innovación no sólo para contener y proteger este oro líquido, sino también para posibilitar experiencias de consumo alternativas. En este evolución el vino también regresa a sus raíces para tomar texturas, formas, materiales y hasta el sentido ecológico y plasmarlo a través del diseño con el fin de conectar con el consumidor ya sea en el lineal del punto de venta o con el dedo.


fuente: http://www.hazelblogynolaguerra.es/packaging-vino-sentidos/

sábado, 15 de octubre de 2011

La primera botella de vino la vende el diseñador gráfico, la segunda el enólogo.

El mundo del vino día a día está creciendo, y va mucho más allá que su materia prima, sino que ya abarca el mercado del diseño, donde se ven etiquetas que son mini obras de arte, y originalidad en los envases, en las ferias de diseño, grandes marcas de vinos tienen sus stands generando así un quiebre en el mercado del vino, sumándose al del diseño.



Hay pocos productos que sean tan visuales como el vino, y realmente muy pocos en donde la estética tenga tanta influencia en la decisión de compra. En un entorno en donde hay muchísima oferta y un consumidor no sabe qué llevar cuando está frente a una góndola, el diseño marca la diferencia.

En el mundo del diseño siempre hay tendencias, aunque se puede decir que son más locales que internacionales. En su momento se lanzó un vino australiano que revolucionó los mercados: el Yellow Tail. Este vino generó un antes y un después en cuanto a diseño, porque se animó a mostrar una estética totalmente liberadora para lo que en ese entonces suponía el vino (sobriedad, clasicismo…); En Argentina algunas bodegas pusieron nombres de animales a sus etiquetas: Altos Las Hormigas, Colonia Las Liebres, Cuatro Vacas Gordas, Quara, Gato Negro, son algunso ejemplos.


Hoy es casi 100% necesario mostrar una historia, contar quiénes son los que están detrás de ese vino. Visualmente esto tendería a sobrecargar una etiqueta pero, al contrario, se busca una etiqueta despojada, llevando toda esta información a la contraetiqueta. El resultado es una primera impresión impactante, pero también dándole la posibilidad al consumidor de que, si lo desea, dé vuelta la botella e indague más en las características del vino y sus hacedores.

El packaging se complementa con una buena botella de calidad (aunque la tendencia habla de comenzar a utilizar botellas cada vez más livianas y, por ende, más “amistosas” con el medio ambiente), un sistema de taponado (corchos naturales o sintéticos, negros, de colores o tapa a rosca) y la cápsula (cuestión que, a veces, concentra toda la atención estética). Todos estos elementos pueden marcar una diferencia.









http://soydg.com/blog/2011/08/12/entrevista-mariano-braga-sommelier/