lunes, 25 de abril de 2011

El vidrio y el vino hacen un matrimonio perfecto

Entrevista a Walter Formica, Gerente de Rayen Cura (del Grupo Saint Gobain), empresa argentina proveedora de vidrio para la industria vitivinícola, quien ofrece alguna características diferenciadoras entre los vinos de consumo masivo y productos Premium, basadas principalmente en cuestiones relativas al marketing.

Cuando se recorre un supermercado, se pueden ver vinos en diferentes envases, fundamentalmente vidrio y cartón. Para los vinos de alta gama, las bodegas siguen eligiendo las botellas de vidrio. Las razones fisicoquímicas y de marketing orientan a esta decisión.



El uso de este envase noble, inerte, y resistente y delicado a la vez, va más allá de las cuestiones de tradición. “El vidrio y el vino hace un matrimonio perfecto porque conserva en excelentes condiciones las características organolépticas del producto y permite apreciar sus características físicas”.

Botellas para vinos de consumo masivo y para productos Premium
Una botella de vino puede contener cualquier tipo de vino, pero hay variedades que están asociados a determinados formatos y colores. Desde un punto de vista técnico los enólogos indican que lo ideal es envasar al vino en botellas color verde, porque evita que el vino entre en contacto con la luz solar y se produzca una modificación. Esta es una tendencia mundial, que está desapareciendo. Quienes analizan el asunto desde el marketing defienden las botellas transparentes porque privilegian que se vea el producto.

En ese sentido, los vinos blancos –a pesar de que son los que más sufren los problemas de la radiación- ya están siendo envasados en botellas transparentes. El Sauvignon blanco se lo puede encontrar en la mayoría de las bodegas envasado en botellas transparentes, mientras que el Chardonnay suele conservarse en botella de un color llamado “hoja seca”, que es un poco más amarilla. El formato también está determinado por cuestiones de marketing. Hoy en día la tendencia es utilizar botellas con forma cónica.


Lo que realmente marca la diferencia entre un vino de consumo masivo y otro de alta gama es el peso de la botella que lo contiene. En general los vinos más simples son vendidos en botellas de menor peso, porque tienen más exposición y deben bajarse los costos. Para estos casos se utilizan hay botellas muy finitas que pesan alrededor de los 760 gr. Para los vinos íconos se prefieren las que pesan arriba de un kilo: el peso y el tamaño dan cuenta de su calidad.

A esto se le suma el formato del fondo, que puede ser plano o con picada, asociado a los vinos de gran calidad. Ese formato cóncavo permite que la persona apoye el dedo pulgar para sostener mejor la botella al servir. Por lo tanto, también tiene que ver con una cuestión de marketing.

Un detalle no menor es que estos productos de alta gama han sido reacios a la incorporación de tapones sintéticos o plásticos, o a la implementación de la tapa a rosca de aluminio que se está afianzando en el mercado vitivinícola mundial. Los vinos Premium y ultra Premium continúan utilizando corchos naturales, entre otras cosas por cuestiones de marketing: especialmente en Argentina, hay mucho prejuicio con la tapa a rosca porque en los años 70 el vino común que se compraba en envase retornable en el almacén venía con ese tipo de cierre. Eso está grabado en la memoria colectiva.

Todo hace a la calidad del vino, y en este sentido no queda afuera la etiqueta. Hay algunas confeccionadas con papel común, otras con papel de mayor gramaje y otras realizadas por el proceso de stamping. Hace unos años la tendencia para vinos masivos era la etiqueta transparente, un plástico autoadhesivo. Ahora lo más habitual a nivel internacional es encontrar botellas pintadas.




El futuro del vidrio en la industria del vino
El mercado del envasado continúa investigando sobre el desarrollo de empaques para vinos. Hay empresas que están trabajando en reducir el gramaje de las botellas de vidrio con fines ecológicos. Además de las razones de cuidado del medio ambiente, la tendencia se está instalando por la necesidad de atraer a los consumidores interesados en esa temática.

Lo que puede preocupar a los productores de envases de vidrio es que a los ya habituales empaques de cartón, se están sumando las botellas plásticas destinadas al mercado vitivinícola. Sin embargo el mercado argentino todavía no ha incorporado las botellas plásticas. Igualmente su uso está orientado a los vinos de consumo rápido o de alta rotación, porque puede modificar el sabor de su contenido. Para el mercado de los Premium, todavía no hay nada mejor que el vidrio.

La capacidad de botellas para vino más utilizada en el mundo es la de 750cm. Por debajo hay de 250cm2, que se han desarrollado para consumo personal. Y también ahora se están desarrollando con capacidad para 187cm2, especialmente para champagne.


fuente:

http://www.packaging.enfasis.com/notas/14348-el-vidrio-y-el-vino-hacen-un-matrimonio-perfecto

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